Falsa bomba, verdadera hostilidad: el trasfondo político del ataque a Lali

El audio que alertó sobre una bomba en el Cantoni contenía agravios misóginos y referencias políticas. La artista ya había sido blanco de ataques por sus diferencias con el presidente Javier Milei, a quien le dedicó una canción que se volvió viral.

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estadio aldo cantoni

La noche del viernes en el estadio Aldo Cantoni debería haber sido un capítulo más en la exitosa gira de Lali Espósito. Pero lo que empezó como la antesala de un concierto esperado por miles de fanáticos sanjuaninos terminó por convertirse en un episodio de hostigamiento que expuso con crudeza los riesgos de ser una figura pública con voz propia.

se-demoro-el-show-de-lali-esposito-en-san-juan-ZOHL23WAXRCD7CNA4DLLCQJVNQLali Espósito en San Juan: de la amenaza de bomba a una noche de ovaciones

Minutos antes del inicio del recital en el estadio Aldo Cantoni, una llamada al 911 alertó sobre la supuesta colocación de un artefacto explosivo en el predio. Lo que parecía una cuestión de seguridad rápidamente tomó otro color: el audio que contenía la amenaza estaba cargado de insultos misóginos y referencias explícitas al posicionamiento político de la artista. La fiscal Daniela Pringles confirmó que el contenido excedía lo protocolar, incluyendo agravios que aludían directamente a sus diferencias con el presidente Javier Milei.

No fue la primera vez que Lali enfrentó el costo de opinar. Desde que expresó públicamente su desacuerdo con medidas del gobierno libertario, ha sido blanco de ataques y descalificaciones. El apodo “Lali Depósito”, usado por el propio presidente en redes sociales, intentó desprestigiarla por su participación en eventos culturales financiados con fondos públicos.

 La artista respondió desde su terreno, con ironía y contundencia, a través de su canción “Fanático”, donde le dedica versos punzantes como “Te encanta hacer como que no sabés quién soy”, en una clara alusión al mandatario. El videoclip refuerza el mensaje, con imágenes que reinterpretan su apodo y lo devuelven como crítica.

¿El incidente fue el punto más alto de esa escalada? Mientras se activaban los protocolos de seguridad, con intervención de la Brigada de Explosivos, la Policía y personal judicial, la incertidumbre se apoderó del público. Para evitar un pánico generalizado, las autoridades optaron por un rastrillaje sectorizado en el estadio. Pasaron más de una hora y media hasta que se confirmó que se trataba de una falsa alarma y se autorizó el ingreso de los asistentes.
Durante ese tiempo, Lali se mantuvo en contacto con sus seguidores desde sus redes sociales: “Gracias por la paciencia y el amor de siempre”, escribió, en un gesto que contrastó con la hostilidad del audio recibido. Finalmente, cerca de las 22:30, subió al escenario con una frase que resumió el espíritu de la noche: “Esta noche no nos la quita nadie”.

El recital se transformó en una celebración de resistencia. Entre ovaciones, coreografías y mensajes de apoyo, la artista repasó sus clásicos y nuevos temas de su gira “No vayas a atender cuando el demonio llama”. Pero también dejó claro que la música no es solo entretenimiento: es trinchera, es discurso, es respuesta.

El hecho despertó un amplio rechazo en redes sociales, donde se volvió a discutir el rol de las mujeres en el espacio público, el derecho a expresarse sin ser violentadas y la creciente intolerancia hacia las voces críticas. La fiscalía confirmó que se identificó el número desde el cual se realizó la llamada y se trabaja en su geolocalización.

Lali eligió no callarse. Y San Juan fue testigo de que, a pesar de las amenazas, el arte sigue siendo una forma poderosa de respuesta. La jornada dejó en evidencia que no se trató solo de interrumpir un show, sino de intentar silenciar una postura. No lo lograron. Y la ovación final lo dejó claro: Lali cantó, dijo lo que tenía que decir, y miles la escucharon.

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