Ley ómnibus: tensión en el Gobierno con aliados pone en duda la aprobación del proyecto

El presidente exige aprobación sin cambios, pero no sucederá. El rol de la UCR y Miguel Pichetto, el riesgo de los dialoguistas y las privatizaciones por las facultades delegadas como rehenes.

Política

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"Vamos a terminar con la novela, esa ley se tiene que aprobar y sin más modificaciones". La frase es del presidente, Javier Milei, y la planteó en la reunión de este jueves a la mañana, cuando le dijo a su equipo de colaboradores en el Salón Blanco de la Casa Rosada, cuando todavía ni había empezado el tramo final del debate de la ley ómnibus, de la que se espera se cumpla el pedido presidencial de evitar coparticipar el impuesto PAIS y cambios en Ganancias y privatizaciones, tres temas que levantan la temperatura en la oposición tanto en la izquierda como el kirchnerismo y parte del radicalismo. 

Javier Milei no sabe lo que va a pasar, sus legisladores, pocos, intentan la aprobación con cambios a pesar de que no se lo confirmaron, pero es lo que va a pasar para que la ley vea la luz. Las negociaciones son por minuto, empresas, proyectos, tasas, todo se debate internamente en los pasillos y la ansiedad presidencial es total. Otro día de noticias malas puede terminar siendo hoy para Javier Milei, que no está al tanto de lo que va sucediendo pero lo empezó a seguir en Casa Rosada para retirarse a Olivos a seguir trabajando después.

Javier Milei no termina de digerir la pequeña porción de parlamentarios que representan sus ideas y exige avanzar sin cambios, algo imposible para bloques tan chicos. El rol de YPF y su quita de la lista de las 37 empresas que iban a ser privatizadas y que ahora serán 36, es parte de la migraña de los hermanos presidenciales. El temor del presidente reside en los "dialoguistas" que no descartan seguir presionando para cambiar los últimos artículos tras siete horas de debate. La orden presidencial es irse a dormir con la certidumbre total de la aprobación. 

"La van a aprobar, pero en el artículo por artículo la van a desplumar, olvidate de facultades delegadas, cultura, jubilaciones y otros temas". Es una de las mujeres que mueve la política parlamentaria de los liberales y que conoce lo pasillos como pocas. Si Javier Milei comprueba que las facultades delegadas se quedan afuera en la aprobación particular, la furia presidencial será total, por lo que a esta hora se negocian todos los cambios posibles para que sean la menor cantidad. 

Una versión que confirmaron a MDZ desde la bancada oficial es negociar las facultadas delegadas por las privatizaciones, algo que será furia para el presidente que dejó en claro de forma expresa y contundente que no permitiría más cambios antes del viernes. Aún nadie aclaró que la ley de zonas frías tendrá el rechazo de los legisladores de la Patagonia y más al sur, por lo que el tifón de cambios será letal para la mirada presidencial si se lleva a cabo.

Las diferencias con la Unión Civica Radical se cristalizaron el miércoles en la mirada oficial, con el discurso del médico Facundo Manes, quien fue ovacionado por toda la bancada que respondía a Cristina Fernández de Kirchner. El concepto madre del radicalismo está en denunciar el avance de una forma no democrática de gobernar de Javier Milei y el avasallamiento de las instituciones, algo que lo pone directamente en sintonía con la postura de Cecilia Moreau, quien debió ser silenciada por faltarle el respeto a Martin Menem, durante la apertura de la sesión con cuestiones de privilegio. 

La tranquilidad de Javier Milei llegó un rato después durante la reunión que mantuvo con los senadores y algunos asesores del Senado junto a la vicepresidenta, Victoria Villarruel, quien no tiene diálogo con el presidente desde la segunda vuelta del mes de octubre. Allí le confirmaron que no habrá número para el rechazo del mega DNU pero que será difícil la conformación de algunas comisiones que seguirán en la negociación. 

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