Quién es Dante Gebel, el pastor evangélico que empieza a sonar en el peronismo como rival de Milei

No lanzó candidaturas ni presentó un programa político, pero convoca multitudes, mezcla humor, cultura y religión, y ya genera adhesiones propias de un dirigente con proyección nacional.

Política

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Dante Gebel no sube a un escenario como un pastor tradicional. Durante horas mantiene al público cautivo con un formato que combina stand up, música, referencias literarias y guiños políticos. Recién avanzada la noche aparece el mensaje religioso. Esa fórmula, lejos de ser casual, explica por qué su figura comenzó a trascender el ámbito evangélico y a instalarse en la conversación política, incluso dentro del peronismo, como un posible contrapeso a Javier Milei.

Vestido de traje, con timing televisivo y dominio escénico, Gebel canta, baila, cita a Neruda y Shakespeare, recuerda su infancia humilde y lanza ironías sobre la actualidad política. El resultado es un espectáculo masivo que se parece más a un show cultural que a un culto religioso, aunque el mensaje espiritual termina ocupando un lugar central hacia el final.

De pastor mediático a fenómeno de masas
Gebel es conferencista, actor, conductor y productor. Su ciclo "Dante Gebel Live" se emite en distintos países y su "Dante Night Show" se transmite en Estados Unidos con monólogos humorísticos, entrevistas y reflexiones sobre la vida cotidiana. En redes sociales acumula cifras millonarias de reproducciones y convoca audiencias que exceden largamente al público evangélico.

Él mismo define su estrategia como un "caballo de Troya": entrar por el humor, la emoción y la cultura para luego introducir el mensaje espiritual sin el formato clásico del sermón. En su iglesia de California, el River Church, con capacidad para unas 5.000 personas, el tono es distinto y el eje religioso es explícito. Esa doble identidad le valió críticas de sectores evangélicos más conservadores, pero también lo convirtió en una figura transversal.

Su show "Presidante", que agotó funciones en el Gran Rex y recorrió el país, profundizó ese perfil. La consigna gira en torno a qué haría si fuera presidente por un día. Las propuestas son simbólicas, pero el clima político es evidente: el público canta "presidente, presidente" y muchos asistentes admiten que lo votarían si decidiera competir. Gebel responde con ambigüedad y deja abierta la puerta: "Quién sabe lo que la Providencia tiene preparado".

Política, poder y una biografía que potencia el relato
Aunque insiste en que no definió ningún paso político, su nombre ya circula en despachos peronistas, libertarios y sindicales. El crecimiento del evangelismo -cerca del 20% de la población- y su reciente desembarco con peso propio en el Congreso alimentan las especulaciones. En ese contexto, la figura de Gebel aparece como un articulador posible entre religión, medios y política.

Radicado en Estados Unidos desde 2009, consolidó un entramado de productoras, fundaciones y ministerios. Asegura vivir de sus shows, libros y redes, y afirma haber donado millones de dólares a obras solidarias. En el pasado apoyó a Daniel Scioli, bendijo a Nayib Bukele y entrevistó a referentes ideológicos diversos, desde Agustín Laje hasta dirigentes del peronismo tradicional.

Su historia personal también refuerza el mito: una infancia atravesada por la pobreza, la enfermedad y la fe; un testimonio de sanación que marcó su camino religioso; y posiciones conservadoras firmes, como su rechazo al aborto y al matrimonio igualitario, que generan adhesiones y rechazos por igual.

Por ahora, Dante Gebel no anunció candidaturas. Pero algo ya cambió: dejó de ser solo un pastor mediático o un showman exitoso. Se convirtió en un actor del debate público argentino, con capacidad de convocatoria, discurso propio y un capital simbólico que empieza a ser leído en clave de poder.

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