Escándalo en La Pampa: jefe policial uso presos en su boda y piden prisión condicional

El oficial Cristian Galván enfrenta un pedido de un año y tres meses de prisión condicional e inhabilitación por dos años y medio, tras ser acusado de hacer trabajar a seis detenidos en su casamiento.

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Un insólito y escandaloso episodio sacude a la Policía de La Pampa: el oficial inspector Cristian Martín Galván, exjefe de la subcomisaría de Lonquimay, fue acusado de utilizar a seis detenidos para trabajar como mozos y cocineros en su propia boda, celebrada a fines de mayo de 2024. El fiscal del caso, Guillermo Sancho, pidió una condena de un año y tres meses de prisión condicional, además de una inhabilitación especial por dos años y medio, por el presunto incumplimiento de los deberes de funcionario público y abuso de poder.

Según la acusación, Galván ordenó la salida irregular de los internos para que realizaran tareas como hacer el asado, limpiar el salón y servir comida durante el evento. La Fiscalía considera que el uso de personas privadas de su libertad, sin autorización oficial, constituyó una conducta arbitraria que puso en riesgo la seguridad de los asistentes y violó gravemente las normas vigentes.

Durante los alegatos finales del juicio, el fiscal sostuvo que el accionar del oficial fue "consciente y doloso", remarcando que los internos fueron sacados de su lugar de detención para cumplir funciones en una fiesta privada, lo cual vulnera principios básicos del sistema penitenciario y el deber público.

Por su parte, la defensa de Galván, a cargo de los abogados Emanuel Morales y Marcos Bertolotti, solicitó la absolución argumentando que el imputado estaba de licencia el día del casamiento, por lo que la custodia de los internos recaía en otro efectivo, el sargento Parada. También cuestionaron la validez de los testimonios de los internos, debido a contradicciones y versiones opuestas.

En su declaración ante el tribunal, Galván rechazó responder preguntas y denunció una "interna policial" como origen de las acusaciones. Aseguró ser víctima de persecuciones dentro de la fuerza desde su traslado a Catriló. "Cuando un jefe te dice que te va a destruir, te destruye", declaró ante el juez Aníbal Olié.

Testimonios clave y derivaciones judiciales

Varios internos declararon que participaron activamente del evento. Claudio Araneda reconoció haber sido mozo, mientras que Denis Álvarez Pérez aseguró haber salido de la comisaría con Galván, haber limpiado el salón y servido la comida. Según su testimonio, "éramos cuatro o cinco, Urrutia hizo el asado, Sánchez era mozo".

En contraste, el detenido Sánchez negó haber trabajado en la fiesta, aunque admitió haber estado en el lugar y haber visto una olla en uso. Este tipo de versiones contrapuestas podrían derivar en nuevas investigaciones por falso testimonio, tanto para detenidos como para personal policial involucrado.

Además, el fiscal Sancho evalúa iniciar una causa por falsificación de documento público, luego de detectar que dos testigos -el herrero Aranda y el locutor Ibarra Campos- habrían firmado declaraciones falsas a pedido del imputado.
 

El veredicto final se conocerá el 28 de julio a las 10:00, cuando el juez Olié decidirá si hace lugar al pedido de condena y si se abren nuevas causas penales.

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