Leandro Depetris: el nene argentino que fichó el Milan pero hoy es profesor de italiano

Jugó en las inferiores del club rossonero, pasó por River y estuvo en la primera de Independiente. Tenía todo para explotar, pero algo obstaculizó su camino. Hoy enseña idioma en su pueblo y sueña con ser DT profesional.

Deportes - Fútbol 06 de junio de 2023

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En la segunda mitad de la década del 90 la gente iba al predio de Newell’s para comprobar lo que se decía en las calles del pequeño Leandro Depetris. Los rumores corrían por Rosario a la velocidad de la luz y no muchos creían. Sin redes sociales, con pocos medios interesados, había que ir para confirmar, ver para creer.


Un nene menudo, visiblemente más pequeño que sus compañeros, deslumbraba en la categoría 87. La carrera de Lionel Messi tomaba forma en el complejo Malvinas Argentinas. En otra de las canchas, Leandro Depetris, un año más chico, dejaba sin palabras al público. Los rumores eran ciertos: esos dos nenes jugaban a otra cosa.

“Era impresionante. Aunque era muy chiquito, Messi ya era un monstruo en ese momento. Sacaba diferencia de verdad. Con Leo hemos compartido entrenamientos. Todo el mundo lo iba a ver a él”. Depetris, ya retirado del fútbol profesional, recuerda en diálogo con TN ese momento con nostalgia, y se deja a un lado.


“A mí también me iba a ver mucha gente, es verdad, pero bueno, eso no me corresponde a mí decirlo. Fueron años de mucha exposición y yo era muy chico”, dice.

Depetris tenía la misma proyección que Messi. No hay ningún tipo de exageración en eso. En Rosario ya habían confirmado que ambos tenían un talento fuera de serie. Antes de que Leo viajara a Barcelona, en Italia se enteraron de que en la categoría 88 de Newell’s Leandro era otra estrella. Y lo llamaron.

Las luces de Italia y la exposición en los medios
Así fue que en octubre de 1999 Depetris, sus representantes y su familia tomaron un vuelo rumbo a Italia. Se probó en el Milan, y no dudaron. Le ofrecieron quedarse. “Tenía 11 años y en ese momento decidimos que lo mejor era ir cada dos o tres meses y entrenarme con ellos durante 20 días”.

Cada vez que volvía de Italia lo esperaban en la puerta de su casa varios periodistas. “Para mí era maravilloso subirme a un avión, estar en un lindo hotel, jugar al fútbol en el Milan. Pero cada vez que regresaba de esos viajes y llegaba a San Vicente, mi pueblo, afuera de mi casa había canales y diarios. Eso no estuvo bueno”, cuenta.

Hasta 2001, Depetris repitió la misma rutina de viajar de manera periódica. Vuelo a Milan, entrenamiento de tres semanas y regreso a Santa Fe. Hasta que en Italia entendieron que era momento de una decisión firme: o se quedaba a vivir ahí para estar todos los días o no lo iban a tener en cuenta.

“A los 13, casi 14, no podía continuar con esa vida. Lo que pasó fue que mi padre y mis representantes no se pusieron de acuerdo con la gente del Milan, por lo que se terminó esa etapa. Yo era muy joven y no decidía mucho”. Se volvieron a la Argentina.

River, el destino de Depetris: de los celos de rivales y compañeros a su deseo de volver a Italia
Lo que comenzó en ese momento fue un camino inestable, alejado de las luces de Milan. Varios clubes lo querían. Fue a River, donde hizo tres categorías de inferiores: 9na, 8va y 7ma. Los rivales, y hasta sus compañeros, lo miraban de reojo.

“Durante esos años estuve bajo la lupa. Me veían como la estrellita Los primeros meses fueron duros. Los rivales me conocían por los diarios y me hacían marca personal, me iban más fuerte. No era algo normal, ni con los árbitros ni con mis propios compañeros. Después todo cambió, pero al principio fue complicado”.

Depetris jugaba en River, pero su cabeza estaba en Europa. En enero de 2005 se fue del Millonario a Italia. “Sin saber bien a dónde íbamos, con uno o dos contactos, llegamos al Brescia. River me dejó colgado seis meses sin mandarme el transfer, hasta que lo hicieron. Jugué en el equipo Primavera (la Reserva) y a los 18 años debuté en la Serie B”. Su equipo perdió 4-2, pero él marcó un gol.

La Serie B italiana, su paso por Independiente y una carrera con altibajos
Tres años en el Brescia llamaron la atención de Independiente. Le firmaron un contrato por tres años, pero apenas jugó uno. “No estaba muy convencido, me dejé llevar. Si bien llegaba a un club grandísimo, yo tenía una pubalgia y no pude jugar”. Rescindió su contrato apenas 12 meses más tarde, por lo que no cobró el resto del vínculo.

“Ahora, a la distancia, me doy cuenta de que no estaba preparado para ser jugador de Independiente”, confiesa.

El esplendor de sus años en infantiles se opacó. Otra vez armó sus valijas y volvió a Italia, donde jugó en categorías del ascenso, con algunos pasos en la Argentina, también en torneos de segundo orden.

Su última etapa como futbolista fue justo antes de la pandemia en el Club Atlético Brown, en su pueblo, San Vicente, 50 kilómetros al sur de Rafaela.

Depetris hizo una carrera interesante, pero hay algo que todavía le hace ruido, que lo deja con una sensación de incertidumbre.

“Todos los días pienso en qué hubiera pasado si nos quedábamos en Milan cuando yo tenía 13 años en vez de volver a la Argentina. Hablo poco del tema, pero está muy presente en mí. Nadie me preguntó en aquel momento qué quería hacer yo, si seguir en Italia o volver”, dice, y hace silencio.

“Tendría que haber disfrutado mucho más”
De alguna manera Depetris fue Messi antes de Messi. Leo viajó en septiembre del 2000 a España, casi un año después de que Leandro aterrizara en Italia. Muchos, incluso, aseguran que su caso terminó de convencer a la familia del capitán de la Selección argentina de dar el salto a Europa.

Depetris, de 35 años, vive en San Vicente, tiene dos hijas (Ilaria y Federica) y dos trabajos: es entrenador en las categorías formativa del Club Atlético Brown y profesor de italiano en un taller de la municipalidad.

“¿Qué cambiaría de aquellos años? Creo que tendría que haber disfrutado mucho más y hacerme menos problemas. Pese a todo pude viajar, conocí muchos lugares y tengo mi casa gracias al fútbol. Todavía tengo esa sensación de que me tendría que haber quedado en Milan cuando era chico, pero ahora, y más allá de que el tema siempre está en mis pensamientos, no hay nada que se pueda hacer. Nada”.

Así jugaba Depetris en las inferiores del Milan

   

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