El ritual de Jorge Messi y toda la familia detrás de Leo en Qatar: la intimidad de la mesa de los sueños

Tras la derrota, el papá de Lionel compartió una comida con sus más cercanos. Quiénes lo acompañaban, su teléfono que no paraba y un mensaje de calma. Antonela Roccuzzo hizo lo mismo al día siguiente.

Qatar 2022 24 de noviembre de 2022 sanjuanhoy sanjuanhoy

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Con la derrota ante Arabia Saudita en el debut en el Mundial, a la Selección se le movió el piso, pero no la confianza. “Que la gente confíe”, dijo Lionel Messi, el capitán y principal genio de la lámpara de los argentinos quien, por si existiera la chance de un titubeo del alma, tiene en Qatar una red de contención encabezada por su esposa, Antonela Roccuzzo, y por su padre, Jorge Messi, a quien se lo vio en un refinado restó poco después de la dura caída de la Albiceleste.

Jorge Messi, el artífice intelectual del mejor futbolista del mundo, se sentó a la mesa junto a otras seis personas, entre las cuales estaba Tuli Arellano, el novio de María Sol Messi, la menor de sus cuatro hijos, quien no se despegó de su lado en las largas horas que pasaron allí.

Cena, bebidas sin alcohol (como en casi todo Qatar), teléfonos sobrecargados, charlas y una pantalla que brindaba una imagen particular: el partido que Francia le ganó a Australia, el último del día de la caída de la Selección. Allí Jorge Messi y los demás seguían de cerca las instancias de los galos con un primerísimo primer plano de las acciones de Kylian Mbappé, compañero y socio futbolístico de Leo en el PSG.

A Jorge Messi se lo vio tranquilo, pero pensativo. Conversando con los suyos, comentando lo que veía de la remontada de Francia. Tuvo también una charla con un mozo respecto del plato que había pedido y fueron más de tres horas las que pasó en un restaurante de la zona de La Perla, la más requerida por las personalidades que visitan Qatar.

La familia Messi, completa en Qatar
Están todos en Qatar. Jorge Messi y Celia Cuccittini (Puchi, como le dicen), padre y madre de Leo. Sus hermanos Matías y María Sol. Están también Tomás, Luana y Agustín, sobrinos del 10 de la Selección. Están, por supuesto, Antonela Roccuzzo, su esposa, y sus tres hijos: Thiago, Mateo y Ciro.

Celia Cuccittini, la reina madre
Párrafo aparte, Celia, la mamá de Messi, podría tranquilamente pasar desapercibida para quien no agudiza su ojo. Vestida sencilla (remera blanca, pantalón de jean, zapatillas), sorprendida con el increíble paisaje de Qatar y atenta al movimiento de sus nietos, que dan toda una pincelada de la gran relación que los une con su abuela, dice presente en la casa de la Copa del Mundo donde uno de sus cuatro hijos, rey absoluto de la era moderna del fútbol, los necesita cerca, bien cerca.

Con excepción de Antonela, la más requerida para las fotos, los demás integrantes de la gran familia Messi, caminan tranquilos por Qatar. Es Jorge Messi, quien eligió sentarse de espaldas al tráfico de las personas para evitar ser reconocido, quien se mueve en ocasiones apartado de acuerdo a las obligaciones empresariales que lo demandan.

 Al día siguiente de esa cena, toda la familia Messi -los padres de Leo, Antonela y sus hijos, pasaron la tarde en la Universidad de Qatar, donde concentra la Selección. Su papá había pedido fuera de micrófono en diálogo con esta enviada y con Dominique Metzger: “Hablé con él. Tenemos que alentar, hay que acompañar”. Con esa premisa abrazaron a Leo este miércoles en la tarde de Doha.

Son esos instantes donde la vida se vive como una película, a la que desearíamos elegir el final mientras ahuyentamos el que tememos que pueda pasar. Una película que comenzó en una canchita de Rosario, el aliento de la abuela Celia a la que el crack le regala los goles con índices al cielo, el destierro en guardapolvo blanco por un sueño en Barcelona, al que su papá no dudó y lo llevó de la mano.

Este miércoles el círculo se cerró con Antonela, Thiago, Mateo y Ciro cenando en el mismo restaurante que la noche de la derrota estuvo el papá de Messi. Fue después de pasar la tarde con el Capitán. TN también fue testigo de eso. Allí los encontró y vio la paz que transmitían. Flotaba en el aire. Después se sumaron Celia y los hermanos de Leo, María Sol y Matías. En esa mesa del barrio La Perla, donde la vida se juega encima, se juega el sueño de Messi que es el de los argentinos.
 

 

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