La industria de la animación no se detiene e incorpora más diversidad a sus producciones

El gobernador de Florida y senadores del Partido Republicano le declaron la guerra a The Walt Disney Company por su posición en contra de un proyecto de ley antiderechos. En el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, contamos cómo avanzan las representaciones LGTBQ en la animación.

Espectáculos - Entretenimiento 17 de mayo de 2022

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El gobernador de Florida, Ron De Santis, tiene la intención de prohibir toda “discusión en el aula sobre orientación sexual o identidad de género” entre jardín de infantes y tercer grado. The Walt Disney Company manifestó su rechazo a la iniciativa y se desató un enfrentamiento que no para de crecer. En el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, hacemos un repaso por los principales hitos de este conflicto, en donde sectores reaccionarios intentan frenar el avance de los derechos de las diversidades. Y donde las series y películas animadas cumplen un rol fundamental.

Todo comenzó con el intento antiderechos de De Santis, un mandatario afín a Donald Trump. La normativa que intenta imponer fue apodada la “Don´t say gay bill” (“No digas gay”).

En un principio, The Walt Disney Company, una de las empresas privadas con más empleados en ese estado, en donde está el famoso parque de diversiones, se llamó al silencio. Esto motivó las quejas de creativos y creativas de los estudios Disney y de Pixar, que realizaron marchas en reclamo de que la empresa se pronuncie en contra del proyecto del gobernador, quien ya prohibió libros escolares de matemáticas entre otros hechos de censura

En las protestas, las y los creativos reclamaron también mayor presencia LGTBQ en las películas de los estudios Disney y Pixar, ambos parte de The Walt Disney Company. En las movilizaciones denunciaron la censura de personajes LGTBQ.

En los últimos años hubo profundos cambios en cuanto al estereotipo de las princesas que se empoderaron, pero la diversidad todavía no es visible.

Los personajes LGTBQ que crearon hasta el momento son prácticamente imperceptibles, pero fue suficiente para generar enojo entre los sectores más reaccionarios de varios países. Algunos ejemplos son una pareja de antílopes en “Zootopia” (Disney, 2016) y la aparición de parejas de mujeres en “Buscando a Dory” (Disney, 2016) y en “Toy Story 4” (Pixar, 2019). La oficial Specter, la cíclope policía de “Unidos” (2020), fue la primera representación abiertamente gay en una película de Pixar.

Ese mismo año, Disney presentó un corto dedicado enteramente a una pareja gay: “Out”, que cuenta la historia de Greg y Manuel.

En otros casos, como en “Luca” (Pixar, 2021) y “Raya y el último dragón” (Disney, 2021), el tema queda abierto a la imaginación.

Ante la presión de sus trabajadores y trabajadoras, la empresa -que desde la década del 90 tiene una política de apoyo a la diversidad- tomó posición y rechazó el proyecto de ley de De Santis. Su CEO, Bob Chapek, pidió perdón a sus empleados y dijo que quiere ser un mejor aliado de la comunidad LGTBQ.

No sólo eso, la presidenta de Contenido de Entretenimiento General de Disney, Karey Burke, dijo que como madre de dos hijes queer, estaba de acuerdo con incorporar “muchos personajes LGTBQIA en nuestras historias”. Además, puntualizó que a esos personajes había que permitirles ser “solamente personajes” y que no tenían que protagonizar “historias gays”.

Estas declaraciones desataron la furia de los sectores más conservadores del Partido Republicano. En represalia, el propio Di Santis amenazó con modificar el status que tiene el parque de diversiones situado en Orlando, Florida, revocando la autonomía fiscal que tienen desde 1967.

Envalentonado, Di Santis se permitió opinar sobre la animación. “Una de las cosas que realmente me molestó son todos esos videos con esa gente que están a la cabeza de Disney hablando de cómo era su intención inyectar sexualidad en la programación para niños muy chicos”, dijo en referencia a las palabras de Burke, que probablemente no escuchó en su totalidad.

“Cuando éramos jóvenes, se podían mirar dibujitos sin tener que preocuparse. Ahora los padres tienen que sentarse y preocuparse sobre qué es lo que están tratando de inyectar, qué tipo de ideología están intentando alcanzar. Eso está mal”, completó el gobernador. Rápidamente, estallaron las burlas en las redes sociales de usuarios que recordaron dibujos animados que ya tienen décadas, como la fluidez sexo genérica de Bugs Bunny en los 40.

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