Mundo 08 de febrero de 2023

El terremoto en Turquía y Siria dejó 9.500 muertos y es uno de los más letales

Hay más de 40 mil heridos por el fenómeno natural que tuvo una magnitud de 7.8 grados. Rescatistas de distintas partes del mundo viajan a las zonas afectadas para colaborar con las tareas de rescate.

Sigue subiendo el número de muertos por el potente terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter que afectó a Turquía y Siria. A primera hora del miércoles, se confirmó que el movimiento telúrico ya dejó más de 9.500 muertos.

Las duras condiciones meteorológicas dificultaban la llegada de ayuda a las regiones afectadas y la realización de rescates. Solo se permitía entrar o salir de Hatay, Kahramanmaras y Adiyaman, tres de las provincias más afectadas, a los vehículos de rescate y ayuda.

Las operaciones de rescate se están centrando en esas tres provincias y en Malatya. En tanto que la cantidad de heridos ronda los 35.000 y la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que esas cifras se podrían duplicar.

El sismo de magnitud 7,8 que se produjo en la oscuridad de una mañana de lunes de invierno, fue el peor que sacudió Turquía en lo que va de siglo. También se sintió en Chipre y Líbano.

Posteriormente, un segundo terremoto de magnitud 7,7 sacudió el lunes la región de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía, informó la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) del país. Se produjo a una profundidad de 7 km, dijo AFAD, añadiendo que el epicentro del terremoto fue la región de Elbistan de la provincia de Kahramanmaras.

Los equipos de rescate sacaron de entre los escombros a heridos en condiciones invernales extremas en toda la región. Las temperaturas en algunas zonas podrían descender hasta casi el punto de congelación durante la noche, lo que empeoraría las condiciones de las personas atrapadas bajo los escombros o sin hogar. El lunes empezó a llover tras las tormentas de nieve que azotaron el país el fin de semana.

"Nos sacudió como si fuera una cuna. Éramos nueve en casa. Dos hijos míos siguen entre los escombros, aún los estoy esperando", dijo una mujer con un brazo roto y heridas en la cara, hablando en una ambulancia cerca de los restos de un bloque de siete plantas donde vivía, en Diyarbakir, en el sureste de Turquía.

"Nunca había sentido nada parecido en los 40 años de mi vida", dijo Erdem, un residente de la ciudad turca de Gaziantep, cerca del epicentro del seísmo, que prefirió no dar su apellido.

El presidente turco, Tayyip Erdogan, lo calificó de desastre histórico y el peor terremoto que ha sacudido Turquía desde 1939, pero afirmó que las autoridades estaban haciendo todo lo que podían.

En Diyarbakir, los periodistas de Reuters vieron a decenas de efectivos de rescate que buscaban supervivientes entre un montón de escombros, lo único que quedaba de un gran edificio. De vez en cuando levantaban las manos y pedían silencio, en busca de señales de vida. Unos hombres sacaron a una niña envuelta en mantas de un edificio derrumbado de la ciudad.

"Nos despertamos con un gran ruido y fuertes sacudidas. Hubo dos réplicas justo después", dijo Meryem, de 29 años, de la ciudad de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía, cerca del epicentro.

"Estaba muy asustada, pensaba que no pararía nunca. Tomé algunas cosas para mi hijo de un año y salí del edificio".Las imágenes difundidas en Twitter mostraban dos edificios vecinos derrumbándose uno tras otro en la ciudad siria de Alepo, llenando la calle de polvo. Dos residentes de la ciudad, muy dañada por la guerra, dijeron que los edificios se habían derrumbado en las horas posteriores al terremoto.

Como el apocalipsis

El director de Sanidad de Alepo, Ziad Hage Taha, dijo a Reuters que los heridos "llegaban en oleadas". La televisión estatal siria mostró imágenes de equipos de rescate buscando supervivientes bajo una intensa lluvia y aguanieve.

En Afrin, una ciudad siria controlada por la oposición, los trabajadores de rescate de la organización de respuesta Cascos Blancos buscaban en la oscuridad previa al amanecer a personas atrapadas en un edificio derrumbado. Solo con la luz de una linterna, sacaron de entre los escombros a un hombre con chaleco blanco y pantalones oscuros, y se lo llevaron para que recibiera tratamiento.

En la ciudad fronteriza de Azaz, otra zona controlada por los rebeldes, un miembro del personal de rescate sacó a un niño pequeño de un edificio dañado. "Fue como el Apocalipsis", dijo Abdul Salam al Mahmoud, un sirio contactado por Reuters desde la ciudad de Atareb.

En Siria, el presidente Bashar al-Assad celebró una reunión de emergencia de su gabinete para examinar los daños y debatir los pasos a seguir, según informó su oficina.

Habitantes de Damasco y de las ciudades libanesas de Beirut y Trípoli salieron corriendo a la calle y se subieron a sus coches para alejarse de los edificios en caso de que se derrumbaran, según testigos.