Mundo 02 de enero de 2023

Lula asumió su tercer mandato como presidente de Brasil

El flamante presidente de Brasil calificó al gobierno de Bolsonaro de "negacionista, oscurantista y criminal" por la gestión de la pandemia y adelantó que serán investigadas sus acciones "sin ánimo de revancha".

Luiz Inácio Lula Da Silva se convirtió este 1ro de enero en el primer presidente en asumir por tercera vez al frente del gobierno brasileño tras derrocar al derechista Jair Bolsonaro quien horas atrás viajó a los Estados Unidos para evitar el traspaso de mando y en medio de fuertes rumores sobre un posible pedido de detención de parte del Supremo Tribunal Federal.

Con medidas de seguridad extremas y una multitud alrededor del Parlamento en apoyo al líder del PT, Lula se refirió  a su antecesor en duros términos, aunque evitó mencionarlo, acusándolo de haber puesto "bajo amenaza violenta la libertad del pueblo" y manipular la voluntad a través de campañas con información falsa financiadas con recursos públicos.

En ese sentido, el flamante presidente adelantó que, "sin ánimo de revancha", se investigarán las irregularidades detectadas por el Gabinete de Transición. "Vamos a garantizar el debido proceso", enfatizó Lula.

Es que además de acusar a Bolsonaro de haber destruido el Estado "en nombre de una presunta libertad que es la de oprimir al vulnerable y que rija la ley del más fuerte, eso se llama barbarie", Lula se refirió a la gestión de su antecesor durante la pandemia, donde Brasil superó las 700 mil víctimas,  por "la actitud criminal de un gobierno negacionista y oscurantista que no debe quedar impune por este genocidio", instó el presidente.

En otro pasaje de su discurso, Lula prometió revocar el decreto de acceso a las armas y municiones que impulsó Bolsonaro. "Brasil no necesita armas en las manos de su pueblo, necesita seguridad", dijo y agregó detalles sobre la ampliación del sistema educativo en todos los niveles con especial énfasis en la creación de universidades, educación técnica y políticas en ciencia y tecnología.

Además, Lula prometió retomar uno de los ejes de su primera presidencia de garantizar "tres comidas al día para todos brasileños" con el desafío de sacar del hambre a 33 millones y de la pobreza a otros 100 millones de habitantes del gigante sudamericano.

Para ello, prometió "volver a girar la rueda de la economía a través del salario mínimo como política" para "acabar con las filas del seguro social". Por un lado, anunció la reactivación de más de 14 mil obras paralizadas que permitirá un shock de obra pública y empleo con el fin de expandir el consumo y el mercado interno. Por otro lado, adelantó que impulsará una nueva legislación laboral para acelerar la reindustrialización del país y crear condiciones más beneficiosas para emprendedores y el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Destacó el rol de la banca pública para tales fines. 

En cuanto a la política internacional, Lula volvió a destacar la importancia de la integración Latinoamericana a través del Mercosur y Unasur  y "romper el aislamiento" con el mundo que marcó los cuatro años de Bolsonaro quien defenestró las alianzas regionales. A su vez, remarcó la necesidad de y volver a sentarse en la mesa del Brics y avanzar en acuerdos con distintos mercados como Europa y China. 

Por último, Lula le dedicó especial énfasis a la cuestión indígena y a las políticas sobre la preservación del medio ambiente. Por un lado, anunció la creación del Ministerio de los Pueblos Indígenas con el fin de "revocar años de injusticias contra estos pueblos" y consideró innecesaria la deforestación de la selva para ampliar frontera agraria, en otra medida de diferenciación con Bolsonaro quien defendió el avance de sectores productivos sobre el Amazonas lo que lo llevó a ganarse el repudio de varios mandatarios europeos que este domingo festejaron el regreso de Lula al poder.