Al borde de las lágrimas, Alberto Fernández despidió este jueves en la Casa Rosada a Diego Armando Maradona. Visiblemente emocionado, el Presidente dejó en el cajón una camiseta de Argentinos Juniors y un pañuelo de Madres de Plaza de Mayo.

No fueron dos detalles al azar. El jefe de Estado es hincha del club de La Paternal, institución que le permitió a Maradona debutar en primera división. Además, el exfutbolista siempre fue muy cercano a Hebe de Bonafini, titular de las Madres de Plaza de Mayo.

“Fue un jugador excepcional, estaremos eternamente en deuda porque no solo nos dio alegrías. Cada vez que salió a la cancha fue para dejar todo por nosotros”, había señalado el miércoles tras conocerse el fallecimiento del astro del fútbol mundial.

Minutos antes de las 11, Fernández arribó a la Casa de Gobierno acompañado por la primera dama Fabiola Yáñez. Antes de ingresar, saludó a la gente y hasta se tomó una selfie con los fanáticos del Diez.

El mandatario permaneció varios minutos en silencio frente al cajón. Fue allí cuando una de las cámaras logró captar el momento en que el Presidente quedó al borde de las lágrimas.

Además del mandatario, estuvieron presentes el jefe de Gabinete Santiago Cafiero; el secretario general de la Presidencia Julio Vitobello y el ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens.

Tras conocer la noticia del fallecimiento de Maradona, el jefe de Estado se comunicó con Claudia Villafañe para ofrecer que el velatorio se realice en la Casa Rosada. La familia del exjugador aceptó rápidamente y desde las 6 de este jueves, se lleva adelante una multitudinaria despedida.

Según explicó el informe médico, el exfutbolista sufrió una insuficiencia cardíaca que le provocó un “edema agudo de pulmón”. Asimismo, se comunicó que padecía una “miocardiopatía dilatada”.

Por decisión de la familia el velorio es a cajón cerrado y se extenderá hasta las 16, aunque podría extenderse unas horas más por la gran afluencia de hinchas.