Mónica Schlotthauer, tras un mes de haber dejado su banca como diputada nacional por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, volvió a trabajar a su lugar de siempre: el andén de la Estación Once del Tren Sarmiento.

"Moniquita" como le dicen sus compañeros de trabajo es delegada de la Lista Bordó y fundó la agrupación Mujer Bonita es la que lucha, desde la cual impulsa proyectos para reparar la desigualdad de género en su espacio laboral.

"Nosotros pertenecemos al movimiento de delegados de base, al sindicalismo combativos. Tratamos de pelear contra oros dirigentes que son los de la corrupción. Nosotros somos democráticos y, por supuesto, si hay reclamo gremial dejo mi trabajo y voy a ver qué pasa", dijo.

Mónica peleo mucho para llegar a la banca de Diputados: empezó militando en el Partido Socialista de los Trabajadores durante la última dictadura militar y fue delegada en el Sanatorio Antártida durante 10 años.

También permaneció desempleada durante un tiempo y hasta emigró a Venezuela en busca de trabajo.

"Uso mi uniforme siempre. La izquierda hace lo que dice. Peleamos contra el sueldo de los diputados, rotamos, nos cambiamos y, cuando termina el mandato, volvemos a trabajar. Son dos lugares de lucha diferentes", comentó.

En su movimiento, lograron que las mujeres tuvieran cupo femenino dentro del rubro ferroviario pero mantienen una deuda activa que es que las mujeres puedan conducir trenes.

"Estamos construyendo un movimiento de trabajadores que pelee por un gobierno de trabajadores. Peleamos contra los grandes empresarios para mostrar que se puede pedir algo distinto".