Daniel Arroyo conoce de cerca la tarea que le acaba de encargar el presidente electo Alberto Fernández: ya fue ministro de Desarrollo Social en la provincia de Buenos Aires entre diciembre de 2007 y septiembre de 2013, y antes de eso Secretario de Políticas Sociales y Desarrollo Humano de la Nación.
 
Tenía mandato como diputado nacional por dos años más, pero dejará su banca para ser parte del gabinete nacional en el área en la que viene asesorando desde hace tiempo a Alberto Fernández. Ocupará el sillón que deja libre Carolina Stanley.

Es consultor de organismos internacionales como el Banco Mundial, BID, UNICEF, CEPAL y PNUD, y profesor invitado de la Universidad de Salamanca y de la Universidad de Bolonia. En los últimos años su opinión en materia de políticas sociales fue muy solicitada por los medios donde cuestionó a la gestión de Mauricio Macri, especialmente por el aumento de la pobreza.

Nacido el 6 de octubre de 1966 en Castelar, se recibió de licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de Buenos Aires en 1990 y realizó un posgrado en Control y Gestión de Políticas Públicas en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en 1995.

Una de las tareas de Arroyo será el vínculo con las organizaciones sociales, siempre un tema que genera roces con los gobiernos cualquiera sea su color político. Desde su visión, según lo dijo públicamente, éstas “no son parte del problema, sino de la solución”.

De su gestión se espera especial acción sobre los precios de los alimentos. “Es imperdonable que haya hambre en Argentina”, aseguró semanas atrás en una entrevista. Arroyo opinó que “hay que regular los precios de los once productos de la canasta básica. Hay que desendeudar a las familias, cuidar a los sectores con mano de obra de mujeres y jóvenes y hacer obra pública intensiva”.

De hecho, días atrás fue el vocero del plan "Argentina contra el hambre", el proyecto que la nueva gestión se trazó para trabajar desde el día 1 de gobierno para combatir la pobreza.