Nacho Elizalde, el “anti-influencer” que montó un imperio gracias a las redes

El conductor explicó por qué no le gusta encasillarse bajo esa etiqueta y habló de todos sus emprendimientos: un local de ropa, la fiesta Polenta, una marca de cerveza y sus propios sánguches de miga.

Tecno 21 de abril de 2024

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“De chico yo quería hacer todo”, dice Nacho Elizalde cuando recuerda la época en la que tenía que definir qué estudiar. En este último tiempo, alcanzó esa meta gracias a su exposición en las redes sociales, sin embargo, se muestra reacio a la idea de encasillarse bajo la etiqueta de “influencer”.

 El hecho de trabajar en Luzu TV le dio una visibilidad que supo aprovechar para no ser solo el chico que hace publicidades de marcas. Por eso, se animó a apostar a todo y construir su propio imperio: tiene un local de ropa, una marca de sánguches de miga, otra de cerveza y hasta la fiesta “Polenta” que es furor.

Exponerse en las redes sociales, y recibir plata por eso, le permitió poder invertir en sus proyectos.

“Trabajo con Instagram, cobro e influencio a personas con lo que digo. Pero no me reconozco como influencer, digo que es consecuencia de otras cosas que soy”.

“Hago un montón de cosas que me identifican más”, comentó él haciendo referencia a su rol como emprendedor o como conductor de un programa de streaming. Más allá de ser el “anti-influencer”, Elizalde reconoció que puede apostar a sus sueños gracias al ingreso económico que recibe por hacer contenido para las redes sociales.

“La exposición y laburar con Instagram me da un respaldo para poder invertir cierta plata que obviamente antes no tenía. Me gusta invertir acá en la industria argentina. Abrir un local, contratar gente, hacer ropa mía original”, contó Nacho y explicó que si bien tiene miedos por el contexto del país, elige seguir creciendo y ayudar a otros.

   “Mi paz está en el quilombo”, los proyectos de Nacho Elizalde y su día a día

Su carisma en Nadie dice nada y Algo de música por Luzu TV lo acercó a un público que sigue de cerca sus diferentes proyectos. En su perfil de Instagram acumula casi medio millón de seguidores, que a su vez, se distribuyen en las diferentes cuentas de sus marcas: su local de ropa Tranca, su fiesta Polenta, sus sánguches de miga Jueves en una y su cerveza Birra Perro.

Pero, ¿cómo organiza su tiempo para estar al tanto de cada uno de sus proyectos? Al ser consultado sobre esto, Nacho contó: “Mi paz está en el quilombo. Me gusta tener muchas cosas de qué ocuparme, crear conceptos, ideas y nombres. Después la clave es tener socios que sean piolas”.

Este sueño de “hacer de todo” lo acompaña desde que es adolescente cuando no sabía qué estudiar. “Tenía compañeros de colegio que querían ser arquitectos, diseñadores gráficos, y yo siempre estaba conflictuado con ese tema”, explicó. Y reconoció: “La gente dice que ‘el que mucho abarca poco aprieta’ y yo trato de romper con eso”.

Por ejemplo, Nacho estudió la Licenciatura en Gastronomía pero la abandonó a los pocos meses. “Yo solo quería hacer las clases de cocina y en las teóricas me rateaba”, comentó entre risas. Esa breve enseñanza la supo aprovechar y creó su propia marca de sánguches de miga premium con un concepto fiel a su estilo.

Más allá del éxito en todos sus proyectos, Elizalde recalca que ninguno de ellos comenzó con la intención de ganar plata. “Todo era por mis ganas de hacer y eso es un poco la clave del éxito, porque lo disfruto. La fiesta nació como un hobby. El local de ropa porque sentía que faltaban marcas que me representen”, señaló.

Sobre la situación económica de la Argentina, y su responsabilidad como emprendedor, Nacho opinó: “No es el mejor momento para invertir o para contratar empleados, pero por suerte ahora tengo la posibilidad de hacerlo. Me hace feliz darles trabajo a mis amigos, a la gente que quiero. Yo banco lo de seguir apostando acá”.

Cómo es la fiesta “Polenta” que llegó a Miami y desembarcará en Barcelona y Madrid

Así como sus demás proyectos, la Polenta surgió de sus ganas de hacer. Todo comenzó en febrero del 2019 cuando Maru Frohmann, su actual socia, lo invitó a tocar con su banda al Club Cultural Matienzo. A partir de ese momento, se dieron cuenta que tenían que organizar la fiesta juntos y pasar música.

“La mayor exposición llegó con Nadie dice nada”, reconoció Nacho por la visibilidad que ganaron gracias al programa. Pasaron de llenar lugares para 300 personas a reunir más de 3 mil. “Nuestra idea es llevar la experiencia de la fiesta electrónica a las fiestas de reggaetón”, explicó sobre este evento que se proponer ser “una anécdota nueva para contar al otro día”.

La Polenta tiene una estética única e inigualable. Se diferencia por sus pantallas, las luces led, los juegos para ganarse latas de cerveza, su puesta en escena, una plataforma 360° para sacarse fotos, las bailarinas y los churros a las 4:20 de la madrugada. Además, hay un grupo de “ángeles” que recorren la pista para estar al tanto de cualquier problema o necesidad. “Serían como los nuevos patovas que te cuidan”, dijo Nacho.

En Buenos Aires, la fiesta tiene su casa fija en el Complejo Art Media, pero ya gira a nivel internacional. Tal es así que desembarcó en Miami y próximamente lo hará en Nueva York, Madrid y Barcelona. “Ya hay más de 60 personas trabajando así que no hace falta que yo vaya a todas las fechas”, contó Elizalde a TN.

La Polenta es uno de los proyectos más grandes de Nachito y lleva en su impronta parte de su adolescencia. “Siempre me costó de chico ir a un boliche porque soy medio petiso y me costaba pasar. Para mí era un conflicto que mi único contacto fuera con un patova”, explicó sobre el motivo por el que su fiesta busca alejarse de los eventos tradicionales y “llevarle luz a la noche”.

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