La alimentación saludable le permitió lo que las dietas no: bajar de peso

Ainhoa Delgado Fernández no conseguía adelgazar hasta que dio con el especialista para ella. Es periodista y supo contarlo.

Salud 04 de diciembre de 2020

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Ainhoa Delgado Fernández siempre había padecido sobrepeso pero no fue hasta que cumplió los 30 años que pudo hallar la forma de adelgazar de forma saludable. La joven probó decenas de dietas sin éxito. El cambio se produjo cuando pudo encontrar a profesionales que se adecuaron a ella y la ayudaron a emprender un camino de ida hacia la recuperación.

La periodista, de nacionalidades uruguaya y española, se mudó a Londres, donde vivió varios años. Allí, le era fácil encontrar prendas de sus talles. Pero luego se trasladó a la ciudad portuguesa de Oporto y volvió a enfrentarse a la situación de no encontrar ropa adecuada.

“Toda la vida siempre fui gordita y he intentado hacer muchas dietas y siempre fracasé. Una se acostumbra y aunque sepas que tienes sobrepeso no eres consciente de la magnitud de la situación. A día de hoy, miro las fotos de antes y todavía no me creo cómo estaba físicamente”, confiesa.

El punto de inflexión llegó cuando cumplió los 30. En diciembre de 2018, una amiga la fue a visitar a Portugal y pasaron el día juntas. Cuando a la noche le pasó las instantáneas que se habían sacado, entró en shock. “Me vi y me asusté. Y dije hasta aquí. Ver esas fotos fue un choque de realidad impresionante, ver cómo se me había ido de las manos. Me puse a llorar. Me di cuenta que tenía todas las papeletas para que me diera un ataque de algo en cualquier momento”, recuerda.

Ainhoa medía 1.55 metros de altura y pesaba 111,5 kilos. “Me ahogaba para atarme los zapatos. Para mí, cortarme las uñas de los pies era una odisea, tardaba 30 o 40 minutos. Me costaba mantener la pierna elevada o me ahogaba al agacharme. Me dolían las rodillas y los tobillos. En los aviones o en el bondi, me pasaba que la gente que se sentaba a mi lado y se molestaba porque ocupaba demasiado espacio. No me sentía a gusto conmigo misma”, cuenta.

Una vez que pasó la Navidad, la joven acudió a una nutricionista y se anotó en un gimnasio. Pero no fue lo que esperaba. Adelgazó entre enero y septiembre 10 kilos con un régimen estricto combinado con dos entrenamientos intensos por semana y uno menos exigente de lunes a viernes.

Ainhoa considera que algunas personas de su entorno no comprendían lo que le sucedía: “La obesidad y el sobrepeso son una enfermedad, lo que pasa es que la gente tiene la manía de decirte que solo hace falta dejar de comer. No se da cuenta que detrás de eso hay una causa psicológica o quizás una enfermedad como la tiroides. Puede afectar mucho. No se puede opinar sobre eso tan a la ligera”.

En agosto, decidió darse una última oportunidad y cambiar de médico. “Estaba en un momento de desesperación y sentí que era lo último que iba a intentar. Llega un momento en que no puedes hacerlo por ti misma, necesitas ayuda. “Psicológicamente, yo estaba muy desanimada por intentarlo una y otra vez y siempre fracasar. Y lo peor, ver que a otras personas podían y yo no. Te merma la cabeza”, cuenta.

El doctor que la atendió fue el que marcó un antes y un después en el proceso de recuperación. “Él había sido obeso, adelgazó y decidió estudiar para ayudar a la gente. El primer día, estuvo dos horas conmigo. La manera en la que habló me hizo el clic en la cabeza. Yo salí de allí con otra perspectiva y todo el negativismo que llevaba cuando entré se había esfumado. Como era una persona que entendía por lo que estaba pasando, supo llegarme mucho mejor”, valora Ainhoa.

“Obesidad mórbida fue el diagnóstico, tenía una enfermedad. No era una cuestión estética, era un problema de salud. Tenía la edad metabólica de una persona de casi 60 años”, manifiesta. Para empezar de cero, la joven también se cambió de gimnasio y tuvo un mejor acompañamiento.

“Al momento que empiezas a ver los cambios, poco a poco te motiva y te anima a seguir. Lo más difícil fue la mente, porque yo he llegado a llorar por no comer. Yo sentía que la comida era como una adicción. Lo peor fue eso, el proceso de asimilación de todo”, sostiene.

El profesional adecuado

Ainhoa cree que pudo conseguir su propósito de perder peso de forma saludable gracias a que se sintió acompañada por su nutricionista y también el equipo del gimnasio LS Fitness Espinho de Oporto en el que le aconsejaron los ejercicios que le serían más adecuados.

“No hay que hacer una dieta por tu cuenta. Cuando tienes un problema de salud como el que yo tenía, sobrepeso u obesidad, hay que tener un seguimiento y la ayuda de profesionales, que para eso están. No a todo el mundo le va bien el mismo, pero eso significa que uno sea mejor que otro, sino a cada uno le funciona un método. Por eso, animo a la gente a que busque a la persona indicada para él o ella”, consiga.

El nutricionista y el equipo del gimnasio la ayudaron a cambiar su forma de ver las cosas. Ya no sigue una “dieta” sino una “alimentación saludable”. El ejercicio ya no es una imposición, sino que encontró actividades como el Body Jump que le encantan. Busca recetas para variar en las comidas y el sábado tiene su “cheating day”, un día de “permitidos”.

“Ir al gimnasio era una autoimposición al principio. Pero ahora, forma parte de mi rutina, lo he incluido en mi vida. No voy para adelgazar sino porque lo paso bien y disfruto haciendo deporte. Porque es bueno para mi cuerpo pero sobre todo para mi mente. El body jump para mí ha sido el gran descubrimiento. Disfruto y me hace feliz”, destaca.

El cambio no sólo fue físico, sino también mental. El perder peso la ayudó a aceptarse y a atreverse a hacer cosas que antes ni se planteaba. “Me compré un espejo por primera vez en dos años. Me hago selfies todo el tiempo pero no es vanidad, sino que para mí es increíble mirarme al espejo. Me veo superbién aunque todavía me quedan unos kilitos por bajar. Ahora, puedo ir de tiendas y comprarle lo que quiera, antes tenía que llevarme las cosas en las que entraba. Tuve una boda este pasado julio y fue la primera vez que fui a un casamiento con algo que yo realmente quería ponerme”, afirma.

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