La NASA y SpaceX abortaron el lanzamiento de una misión tripulada por cuestiones climáticas

La suspensión se decidió cuando faltaban 16 minutos para el despegue de la nave. Fue pospuesto para el sábado.

Mundo 27 de mayo de 2020 sanjuanhoy sanjuanhoy

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Este miércoles, la empresa SpaceX estaba lista para que dos astronautas de la NASA viajaran al espacio. Sería a las 17:33 de Argentina (una hora menos en los Estados Unidos), pero el clima jugó una mala pasada y no permitió que la operación se llevara adelante.

Finalmente, el lanzamiento se dará a las 16:22 (hora argentina) del sábado 30 de mayo desde la plataforma 39A del centro espacial Kennedy, desde donde despegaron Neil Armstrong y sus compañeros de la misión Apollo 11, un cohete SpaceX con la nueva cápsula Crew Dragon enganchada despegará hacia la Estación Espacial Internacional (EEI).

Bob Behnken y Doug Hurley, los dos hombres elegidos por la NASA para esta misión de demostración, han estado en cuarentena durante dos semanas. Ambos estaban instalados en la cápsula cuando, a solo 16 minutos del despegue, fueron informados de que el lanzamiento debía posponerse por las condiciones meteorológicas adversas.

Space Exploration Technologies Corp. fue fundada en 2002 por Elon Musk, un empresario obsesionado con Marte y con la determinación de cambiar las reglas del juego de la industria aeroespacial, que se ganó la confianza de la agencia espacial más grande del mundo.

SpaceX se convirtió en 2012 en la primera empresa privada en acoplar una cápsula de carga a la EEI. Dos años después, la NASA le pidió que adaptara la cápsula Crew Dragon para poder transportar astronautas. “SpaceX no estaría allí sin la NASA”, dijo Musk el año pasado, después de un ensayo general del viaje a la EEI sin tripulación.

La agencia espacial le pagó más de 3.000 millones de dólares a SpaceX para diseñar, construir, probar y operar su cápsula y hacer seis viajes espaciales de ida y vuelta. El desarrollo experimentó retrasos, explosiones, problemas de paracaídas, pero SpaceX venció al gigante Boeing, al que la NASA también pagó para hacer una cápsula, la Starliner, que aún no tiene lista.

La inversión, decidida durante las presidencias de George W. Bush para el envío de carga y Barack Obama para el de astronautas, se considera fructífera en comparación con las decenas de miles de millones que costaron los sistemas anteriores desarrollados por la NASA.

“Algunos han dicho que es inviable o imprudente trabajar con el sector privado de esta manera. No estoy de acuerdo”, dijo Obama en 2010. La decisión del expresidente se encontró con la hostilidad del Congreso y de la NASA.

Diez años después, otro presidente, Donald Trump, es quien asistirá al centro Kennedy para el lanzamiento. El republicano trata de reafirmar la dominación estadounidense del espacio y ha ordenado el regreso a la Luna en 2024. El jefe de Estado norteamericano estuvo presente en este primer intento fallido, junto a la primera dama, Melania Trump.

Fuente: Vía País

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