Nuevos incidentes en Chile: dispersan a los manifestantes con gases y camiones hidrantes

"Que se vayan los milicos", gritan las personas que se concentran en la plaza Italia.

Mundo 21 de octubre de 2019

protestas chile

Chile está "en guerra", afirmó el presidente Sebastián Piñera. Desde hace cuatro días, el país es sacudido por manifestaciones violentas y saqueos que dejaron once muertos y casi 1500 detenidos, el peor estallido social en más de tres décadas.

"Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie y que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite", dijo Piñera a periodistas luego de reunirse durante una hora con el general de Ejército Javier Iturriaga, quien tiene a cargo el orden y seguridad de Santiago durante la coyuntura.

Con ese marco, el calmo arranque del lunes en la capital chilena duró poco. Miles de ciudadanos se concentraron en distintos lugares de la ciudad, principalmente en la céntrica Plaza Italia, en una protesta masiva y pacífica. Sin embargo, en los alrededores, los carabineros dispersaron a los manifestantes con gases lacrimógenos y camiones hidrantes. Marcharon por una de las avenidas hacia el este de Santiago, entonando canciones del cantautor chileno Víctor Jara o consignas de "no violencia".

En algunos puntos, no obstante, se registraron incidentes, las fuerzas de seguridad tiraron gases lacrimógenos. En otras zonas de la ciudad, como la plaza de Ñuñoa, donde el domingo tuvo lugar una manifestación pacífica, volvieron a concentrarse cientos de personas con cacerolas.

Las manifestaciones en protesta por las desigualdades del país se dan también en Valparaíso (centro) y Concepción (sur). Allí también hubo enfrentamientos entre ciudadanos y Fuerzas de Seguridad desde temprano. Esto motivó que se decrete toque de queda en las dos ciudades.

Con respecto a Santiago de Chile, Iturriaga informó a través de un mensaje televisado: "Necesitamos nuevamente decretar toque de queda, el que regirá para toda la región Metropolitana a partir de hoy a las 20 y hasta mañana a las 6".

En tanto, las autoridades locales decidieron adelantar la medida en Valparaíso a las 18. El anuncio, realizado por el Contraalmirante Juan Andrés De la Maza, fue compartido por la Armada de Chile a través de su cuenta de Twitter.

La capital de Chile aspiraba a recuperar la normalidad este lunes, en la primera jornada laboral desde que se radicalizaron las protestas sociales, con una línea de metro abierta y servicios de autobuses para tratar de que la gente fuera al trabajo con normalidad.

La situación en Santiago provocó la cancelación de cientos de vuelos en el aeropuerto, mientras miles de personas esperaban varados en las terminales.

Los estudiantes llamaron a nuevas movilizaciones para el lunes y se prevé una gran dificultad en los traslados.

El centro de Santiago ofrecía imágenes dantescas de destrucción, con semáforos en el suelo, restos de autobuses quemados, comercios saqueados y miles de piedras y palos sobre las calles.

"Es muy triste todo lo que está pasando, pero la gente está indignada porque no la escuchan", dijo a la AFP Antonia, de 26 años, en el corazón de la capital.

El saldo de estas revueltas sociales sin precedentes desde el retorno a la democracia en Chile, en 1990, sumaba este domingo 70 hechos de violencia graves, entre ellos 40 saqueos, según Chadwick, que obligaron a los vecinos a organizarse para proteger sus casas. Dos personas fueron gravemente heridas de bala en un incidente con una patrulla militar de madrugada y la Fiscalía informó de 1462 detenidos.

Ante la virulencia de los incidentes, las autoridades decretaron por segundo día un toque de queda, aunque adelantaron el inicio de la medida para las 19 hora local, en medio del estado de emergencia. "Estén en calma y estén todos en sus casas", instó al anunciar la medida el general Iturriaga.

Las manifestaciones estallaron por el aumento del precio del pasaje del metro -medida que el gobierno luego revirtió- y eran inimaginables hasta hace solo algunos días, cuando Piñera se refería a su país como un "oasis" de estabilidad.

En ese contexto, los tres poderes del Estado buscaron dar una señal de unidad con un encuentro este domingo entre sus máximos exponentes en el palacio presidencial de La Moneda. "La democracia no solamente tiene el derecho, tiene la obligación de defenderse usando todos los instrumentos que entrega la propia democracia y el estado de derecho para combatir a aquellos que quieren destruirla", dijo Piñera tras la reunión.

Manifestantes encapuchados se enfrentaron durante casi todo el día con la policía en la Plaza Italia de Santiago que estaba fuertemente resguardada por policías y militares.

Pero en el barrio de Ñuñoa, unas 5000 personas protestaron pacíficamente por varias horas contra del gobierno de Piñera. Muchos incluso desafiaron el toque de queda y siguieron manifestándose.

Si el disparador fue el aumento de la tarifa del metro, las protestas se hicieron eco de otras reivindicaciones en una sociedad que incuba, desde hace años, un gran descontento. Al grito de "basta de abusos" y con la consigna "ChileDespertó" en las redes sociales, la gente reclama contra un modelo económico en el que el acceso a la salud y a la educación es prácticamente privado, con una alta desigualdad social, bajas pensiones y un alza de los servicios básicos.

En los pequeños comercios que decidieron abrir y en algunas estaciones de servicio había extensas filas para comprar comida y cargar combustible ante el temor de que se genere desabastecimiento.

Los taxis y las diversas aplicaciones móviles de transporte -cuyas tarifas estaban por las nubes- eran prácticamente la única forma de movilizarse en esta ciudad de siete millones de habitantes que tiene previsto acoger a mediados de noviembre la cumbre de líderes del Foro de Cooperación del Asia Pacífico (APEC) y en diciembre la cumbre del clima de la ONU COP 25.

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